Un comercial de una conocida marca de telefonía estaba tratando de captar nuevos clientes en el barrio de la madre de Risto Mejide, cuando sin saberlo, llamó a la puerta de esta mujer, tratando de vender un nuevo pack de ADSL de fibra óptica más televisión y llamadas gratis.
La señora amablemente le invitó a pasar a casa para que le comentara esa magnífica oferta, ofreciéndole Nesquick y galletas, a lo que el comercial accedió tras una jornada de 10 horas y ningún contrato conseguido.
Como toda buena madre, esta señora tenía fotos de su hijo por toda la casa, y el comercial observó como en todas salía con gafas de sol, incluida la foto de su comunión, en la que vestía un traje azul marino de marinero y unas gafas de sol de tamaño considerable.
Actualmente se baraja la teoría de que Risto lleva siempre gafas con un dispositivo parecido al de los guerreros del espacio, como Vegeta, que son capaces de detectar puntos débiles en las personas y le dan ideas para criticar fuertemente cualquier cosa, merecidamente o no.