3 de cada 4 españoles dejan un culín en el cubata para poder seguir bailando


Un estudio realizado por unos estudiantes de la universidad de salamanca avalan una tendencia que socialmente ya hemos aceptado como normal, y es que cada vez son mas los jóvenes que deciden quedarse bailando con el cubata en la mano, exprimiendo hasta la ultima gota del hielo con aroma al alcohol que nos bebimos previamente.


Así de contundentes se han mostrado Diego, Alfonso y Nerea, los cuales decidieron realizar un estudio para demostrar este cambio en nuestro comportamiento a la hora de salir a emborracharnos. Según ellos, 3 de cada 4 españoles encuestados aseguran que los cubatas les duran mas de una hora, de los cuales 55 minutos solo queda un culín. Un porcentaje que esta muy por encima de nuestros vecinos europeos.

Dejar el cubata a medio terminar para poder seguir bailando con normalidad se está convirtiendo en una actividad de moda en nuestros jóvenes. Para muchos esto es una forma barata de evitar hacer el tonto con los dos brazos y de quedar en ridículo delante de unas personas que ni si quiera conoces, en cambio algunos expertos en la actividad como son Charlie Sheen, Pocholo o Masiel, defienden que es tan solo una coartada de los jóvenes para sentirse mas cómodos y aparentar delante de los demás o tener algo que arrojar a la cabeza en caso de pelea.


A la hora de dejar el cubata en la barra, los españoles somos los mas reacios, sobre todo por miedo a que nos lo roben a pesar de que esté vacío, normal teniendo en cuenta los elevados precios. Depende de nosotros cambiar esta tendencia que cada vez va mas en aumento. Aquí los dueños de los locales, discotecas y Pubs juegan un papel importante, y es que manteniendo esos precios tan elevados y la baja calidad de sus bebidas alcohólicas, al final optaremos por compartir los cubatas o ir a beber a casa de su puta madre.

Sostener un vaso de una determinada forma, también puede revelar nuestra personalidad, poder adquisitivo, talla de pecho o centímetros de badajo según el Psicólogo Nelson Mandala, que sin venir a cuento nos llamó para que pusiéramos este dato que a nadie le interesa.