Pero lo que ha ocurrido en el pueblo de Castro Urdiales se escapa de lo normal. Un grupo de 5 amigos de toda la vida ha decidido expulsar de la pandilla y denunciar ante la policía nacional a un integrante de la misma por haber estado practicando esta actividad durante los últimos 5 años. “El otro día salí de fiesta con 7 mecheros y llegué a casa sin ninguno” denuncia Adán Viñuelas, que asegura ha sido la gota que colma el vaso.
Al parecer los jóvenes se dieron cuenta de quien era el cabrón que se encargaba de robar los mecheros en sus noches de juerga gracias a un estudio y análisis propio del CSI. “Llevamos años acusándonos unos a otros, pero siempre sin pruebas, finalmente decidimos hacer una reunión para tratar el tema y conseguimos averiguar quien era el culpable, que casualmente no había acudido a la cita.
Jon Ferraras es el joven que ha sido puesto a disposición judicial acusado de haber robado mecheros a sus colegas por un valor superior a 1.900 euros durante los últimos años. El denunciado se declaraba inocente en todo momento, hasta que la guardia civil pudo ver unas conversaciones de Whatsapp en la que se ve claramente como este muchacho alardea de trofeo con sus ligues asegurando haber sido capaz de almacenar mas de 2.200 mecheros de sus amigos sin levantar ninguna sospecha, gracias a esta hazaña Jon ha conseguido follarse a medio pueblo. (No me extraña, yo es ver una colección de mecheros y me pongo todo burro)
Según fuentes policiales el joven se derrumbó en el calabozo y acabó confesando el crimen tras el registro que los agentes realizaron en su domicilio. Finalmente fueron incautados 2.296 mecheros Clipper, 78 librillos de papel OBC y 11 gramos de hachís, que ya han sido devueltos a sus dueños, salvo el cannabis que se lo fumaron los agentes.