La investigación comenzó hace 9 meses cuando el laboratorio irlandés recibió varias alertas de personas que aseguraban que la salsa blanca tenia un sabor idéntico al del semen de caballo. Y me pregunto yo: ¿Qué cojones estaba haciendo esa gente con sus vidas para identificar el sabor del esperma de un caballo? Pero eso es otro tema. La cuestión es que los hermanos Grinshens aseguran que han detectado esta sustancia en 39 salsas blancas diferentes distribuidas por distintos proveedores, por lo que sospechan que también hayan llegado al resto de países de la unión europea.
Todos tenemos un colega al que hemos escuchado gritar desconsolado a las 5 de la mañana : “¡¡¡Mucha salsa blanca por favor!!!”, bien, pues ya sabemos con total garantía que los relinches que se pillaba a posteriori no eran porque si, si no fruto de la ingesta del semen de caballo, y es que muchas teorías de la conspiración afirman que si un ser humano engulle esperma de otro animal, sea cual sea este, los siguientes días este será capaz de reproducir sus sonidos perfectamente. MUUUUUUU.
