El pervertido se llama John R. Lind, y trabajaba en un comercio de tecnología ubicado en Minnesota, Estados Unidos, y tras ser detenido, confesó haber eyaculado en varias ocasiones en el café y en el escritorio de una colega, que le gustaba. La mujer comenzó a sospechar tras encontrar una extraña sustancia en su escritorio, y luego lo descubrió mientras estaba en pleno acto. Las autoridades lo arrestaron, y él admitió los hechos, argumentando que lo hacía para “llamar la atención” de la dama.
Dentro de su declaración, la mujer señaló que varias veces identificó un sabor extraño en su bebida, el cual le atribuyó a leche vencida. Ahora Lind enfrentará dos cargos por conducta sexual criminal, por los que podría pasar un año en la cárcel, con opción a una multa por 4500 dólares.